jueves, 6 de mayo de 2010

Gibraltar, la eterna colonia


En algunas ocasiones y de manera intermitente, la prensa española se hace eco de una noticia acaecida en Gibraltar. Tal circunstancia evoca irremediablemente el pensamiento de que dicho territorio no debería seguir administrado bajo bandera británica.
Sin embargo, y aunque el sentir mayoritario de la población española sea el antes expuesto resulta obligado conocer los orígenes de la disputa diplomática con el único fin de esclarecer la cuestión sobre la soberanía del territorio.
El inicio debe buscarse en la Guerra de Sucesión española. Tras la muerte del último monarca de la dinastía de los Habsburgo, Carlos II, sin haber dejado descendientes, se produce un artificial conflicto por el derecho al trono español. Tal conflicto entre Felipe de Anjou de la familia de los Borbones y el Archiduque Carlos de la Casa de los Austria sólo se resolvería en favor del primero tras más de una década de batallas.
A Felipe de Anjou le respaldaba la mayoría del territorio español además de la corona de Francia y tanto el derecho sucesorio como un testamento redactado un mes antes de la muerte de Carlos II.
Al Archiduque Carlos el apoyo le venía de Holanda e Inglaterra entre otros territorios. Inglaterra no podía permitir que Felipe entronizara, pues una futura alianza franco-española dejaría a la isla en una situación delicada.
Una vez la Guerra de Sucesión terminó elevando a Felipe de Anjou a Felipe V, todas las plazas conquistadas por las tropas amigas del Archiduque pasaron a manos de España excepto Gibraltar.
La cuestión es... ¿Por qué?
El 4 de agosto de 1704, una flota inglesa comandada por el Almirante Sir George Rooke, cañoneó durante varias horas, y hasta la rendición, a la guarnición defensora de Gibraltar. Una vez tomada la plaza, Rooke dispuso que las fuerzas británicas tomaban Gibraltar en favor de la Reina Ana de Inglaterra y no, como debía haber hecho, en favor del Archiduque Carlos.
A lo largo de los tres siglos ni los diferentes gobiernos españoles han sabido recuperar dicho territorio ni los diferentes gobiernos ingleses han tenido a bien enmendar aquel acto de piratería(como definió en su día el prestigioso historiador inglés Arnold J. Toynbee). Es más, al paso de los años Gibraltar crece geográficamente, tanto por tierra (ayuda española debido a las epidemias, aprovechada para obtener terreno) como por mar.
Incomprensiblemente, dentro de una Unión Europea parece ridículo la supervivencia de una colonia de un país miembro dentro de otro país miembro y más cuando esa colonia alberga múltiples actividades económicas delictivas, aunque probablemente sea ésta la razón paradójica que sigue haciendo de Gibraltar una colonia.
Inglaterra devolvió Hong-Kong a China el 1 de julio de 1997.

¿Qué hay de lo nuestro?

1 comentario:

Federico Sada dijo...

Buen y patriotico artículo, se me saltan las lágrimas.